TEXTOS LIBRES


Aquí os mostraré los cuentos que estoy haciendo.


DÍAS DE CAMPAMENTO
Había una vez, en un pueblo gaditano, dos hermanos mellizos Javier y Luna. Ellos dos se llevaban fatal no podían verse la cara o empezaban a pelearse o por quien nació primero, por quien era mas guapo o por incluso quien era mas alto. Sus padres ya no sabían que hacer porque sabían que que se pelearan era normal porque eran hermanos pero no estaban ni un minuto juntos sin cogerse de los pelos así que intentaron algo. Pensaron que si pasaban tiempo juntos podrían ver las cosas que tenían en común así que ya que era las vacaciones decidieron llevarlos a un campamento de verano.

Cuando se lo dijeron a Javier y Luna se pusieron como locos ya que no estaban dispuestos a estar todo el verano durmiendo los dos juntos en una tienda de campaña pero sus padres los obligaron y tuvieron que ir.
Cuando se montaron en el autobús con todas sus cosas estaban todo el rato empujándose intentando tirar al otro del asiento pero al final llegaron al campamento sin haberse peleado antes. En cuanto se bajaron del autobús los monitores del campamento hicieron los grupos y para la sorpresa de los hermanos solo había dos grupos; uno de chicos y otro de chicas. Cuando se lo dijeron a Javier y Luna se pusieron la mar de contentos y no paraban de dar saltos de alegría y aunque sabían que nunca se habían separado desde que nacieron pensaron que iba a ser genial pasar todo el verano si su molesto hermano mellizo.

El primer día montaron la tienda de campaña cada uno con su grupo y les costo bastante pero terminaron y luego empezaron las presentaciones. Luna conoció de su grupo a Lisa, María y a Sofía y Javier conoció de su grupo a José, Pedro y Miguel. Todos se llevaban muy bien por parte del grupo de las chicas y de los chicos. Al día siguiente estuvieron haciendo muchas actividades y así siguieron durante la mitad del campamento hasta que cuando solo quedaban unas dos semanas para que acaba el campamento los monitores les dijeron a los dos grupos que iban a hacer una competición el último día de campamento entre chicas y chicos y que iba a constar de cinco pruebas; escalada, pesca, tiro con arco, carrera y la última prueba, el piragüismo y el equipo que ganara mas pruebas ganaría un trofeo del campamento. Los monitores también dijeron que tenia que elegir a un capitán de cada equipo y por parte de la chicas eligieron a Luna y por parte de los chicos eligieron a Javier. En cuanto supieron que se iban a convertir rivales para ellos esto era mas que una simple competición, era la guerra.

Los equipos de Luna y Javier estuvieron practicando todo lo que habían aprendido este verano e intentaron que se ocupara de cada prueba al que mejor se le daba excepto el piragüismo que era entre todo el equipo.

Ya era el último día de campamento, el día de la competición y todos los padres incluidos los de Javier y Luna fueron a ver a sus hijos hacer las pruebas. La primera prueba fue la carrera y la realizaron Miguel contra Sofía. Ganó por unos segundos Miguel y los chicos estaban en primera posición pero las chicas no se rendían. La segunda prueba fue tiro con arco, Lisa contra Pedro y ganó Lisa por 5 puntos de ventaja. La tercera prueba era la pesca, María contra José y aunque fue por 200g ganó el pez de José con 2600g.e La cuarta prueba la realizaron los capitanes de los equipos que era la escalada y un traspiés de Javier les dio la victoria a las chicas. Ya solo quedaba una prueba, la del desempate, el piragüismo.

La prueba consistía en ir remando en una canoa y llegar hasta una boya en la que había una bandera y el primer equipo que cogiera y levantara la bandera ganaba. Los miembros de cada equipo se montaron en una canoa para cuatro personas y cogieron los remos. Los capitanes iban en el asiento delantero de sus canoas, todos estaban muy nerviosos pues querían ese premio mas que nada en el mundo. Y entonces los monitores dijeron a la vez:

-Preparados, listos... ¡Yaaa!

Todos los miembros de ambos equipos empezaron a remar como si la vida dependiera de ello. Al principio iba el grupo de Javier en cabeza pero pronto le alcanzo el grupo de su hermana. Las dos canoas iban iguales y solo quedaban unos 25m. Mientras remaban Luna le dijo a su hermano:

-Voy a ganar sea como sea ¡No pienso permitir que todos los días de mi vida me restriegues que no gane la competición del campamento!
-Espera... ¿piensas que seria tan cruel?(dijo Javier extrañado)
-Pues si, como siempre nos peleamos (dijo Luna)
-Yo pienso que porque seamos hermanos no significa que no nos queramos y de vez en cuando nos apoyemos (dijo Javier sonriendole)
-Si, supongo (dijo Luna devolviendo le la sonrisa)

Ya habían llegado solo faltaba coger la bandera para señalar al equipo ganador y entonces a la hora de cogerla Luna y Javier pusieron las manos sobre la bandera y a la vez la levantaron con una sonrisa de ganadores.

Luego a la hora de decir el equipo que había ganado no había palabras, los dos lo habían hecho igual de bien así que los dos equipos ganaron y Luna y Javier se llevaron el trofeo pero se llevaron algo mas, el haberse comportado por fin como dos buenos hermanos.



 
EL MISTERIO DEL PASTEL
Hace unos años, había un colegio en Granada que se llamaba Special porque todos sus alumnos eran especiales. Había un chico que se llamaba Jump porque le chiflaba saltar, una chica que se llamaba Vals porque le encantaba bailar…Y había un chico que era Bollito, que su madre y su padre eran pasteleros y estaba bastante gordo y no era demasiado listo que digamos. Bollito todos los días para el recreo se llevaba un bollo o un pastel pero un día pasó algo en ese colegio tan especial. Bollito se llevó para merendar en el recreo el pastel más rico que había hecho su padre, desde que llegó estaba ansioso de que llegara el recreo para comérselo (no tenía pensado compartirlo). A primera hora tocaba lengua y estaba mirando su mochila y soñando que se lo comía y así hora tras hora hasta que de repente sonó la campana ¡eso significaba que era el recreo! Bollito estaba súper contento y de tanta emoción se puso a gritar por los pasillos:
-¡Bien, bien! ¡Ya es la hora de recreo! (todo el mundo pensaba que estaba loco pero él era feliz)
Echó el papel a la basura y… ¡No había nada! Eso solo significaba una cosa ¡Se lo habían robado! El estaba tan seguro que les dijo a todos los chicos y chicas que si veían un pastel que tenía una gran pinta que se lo dieran, que era suyo (no cayó en que si lo buscaban y lo encontraban no se lo iban a dar, se lo iban a comer). Bollito estaba muy preocupado no por quien se lo había robado sino por el pastel que tanto había costado hacer a su padre y estaba deseando probarlo. Entonces se oyó una voz que decía:
-Puedo ayudarte a encontrar la persona que te robó el pastel.

Era Dec el detective del colegio y siempre a alguien se le perdía o se lo robaban lo encontraba 5 minutos antes de que acabara el recreo pero este era un caso especial porque faltaban solo 15 minutos para que finalizara la media hora.
Dec le pregunto a todo el patio pero, nadie le dio ninguna pista. Bollito estaba llorando todo el rato él lo único que quería era comerse ese pastel tan delicioso. Dec estaba como loco intentando resolver el misterio pero no sabía ni cómo ni porque lo había hecho. Faltaban ya tan solo 5 minutos para que acabara el recreo y todo el patio intentaba consolar a Bollito (no por nada, era por si lo encontraba que les diera un trozo) pero Bollito cada vez estaba más triste. De repente sonó la sirena, el recreo había acabado pero el misterio no se había resuelto y Dec estaba destrozado. Cuando Bollito entro a clase saco el libro de matemáticas porque era la asignatura que tocaba y de repente se le cambio la cara de tristeza por una de picardía, era porque había encontrado el pastel que parece ser que había metido en otro bolsillo y con la mala cabeza que tiene se le olvido. Al salir ya todos los niños y niñas se enteraron de que lo había encontrado y a todos los que le consolaron les tuvo que dar un trozo, cuando se dio cuenta de que ¡Se le había acabado! Después de tanto buscarlo al final no sirvió para nada, el pobre Bollito se quedó sin pastel pero aprendió la lección ¡No traer más pastel al cole!



EL MONSTRUO DE RIN-RIN
Había una vez un pueblo llamado Rin-rin que tenía una leyenda que se había pasado de generación en generación y la noche que fuera luna llena, eclipse de sol y que el año tuviera dos ceros aparecería en la montaña de Ran-ran el monstruo de Rin-rin. En el pueblo había una niña llamada Maya y su hermana menor Clara. Ellas creían plenamente en la leyenda pero como nunca había pasado el suceso ni habían visto al monstruo por lo que no podían decir si era verdad o mentira. Ese año era el 2020 y dio la casualidad de que esa semana, el domingo, era luna llena y eclipse de sol el mismo día por lo que Maya y Clara querían ver si la leyenda era cierta. Era sábado y estuvieron preparando las cosas para el gran día:
Maya: tenemos que llevarnos una mochila con todo lo que vamos a necesitar como una linterna, una cantimplora por si nos da sed, comida por si nos da hambre, una cámara para grabar al monstruo y una red para atraparlo.
-¡¿Vamos a atrapar al monstruo?!(dijo Clara asustada)
Maya: Claro, así todo el mundo nos creerá aunque si no podemos nos conformamos con las fotos.
-Uff, menos mal (dijo Clara aliviada).
Llegó el domingo y Maya y Clara habían preparado la mochila y lo tenían todo previsto. Irían a la montaña de Ran-ran, le hecharían una foto al monstruo le tirarían comida para entretenerlo y con la red lo atraparían, solo había un problema ¿Quien las llevaría a la montaña? Se lo preguntaron a sus padres:
Clara: ¿Podemos ir a la montaña de Ran-ran para capturar al monstruo de Rin-rin? (dijo Clara rápidamente ya que estaba muy nerviosa).
Hija repite no te he entendido ni una palabra(dijo la madre de Maya y Clara).
Maya: Dice que si podemos ir a la montaña de Ran-ran porque, como ya sabéis, hoy aperecera el monstruo de Rin-rin.
Hijas, solo son supersticiones, no existe ese monstruo y además, es domingo por lo que mañana hay colegio así que iros a la cama que ya deberíais de estar dormidas.(dijo su madre rompiéndoles el corazón).
-Entonces... ¿Existe el monstruo de Rin-rin?(dijo Clara con intriga)
Maya:Eso nunca lo sabremos porque creo que no habrá un eclipse de sol, en una noche de luna llena en un año con dos ceros en los años que nos quedan.
Clara:Jooo...(dijo decepcionada).
Luego se fueron a dormir.
Al día siguiente fueron al colegio y cuando volvieron Maya estaba mirando las fotos de su cámara y de repente... ¡Vio la foto de un monstruo! Y no solo eso ¡Estaba en la cueva de Ran-ran! Eso solo significaba una cosa ¡Era el monstruo de Rin-rin!. Maya le enseño la foto a su hermana y ninguna de los dos se lo podía creer. Se la enseñaron a su madre y a su padre y decían que no podía ser pero ellas sabían que si, que era el monstruo de Rin-rin y que siempre que les preguntaran si la leyenda era cierta ellas iban a decir que si.




EL MUNDO DE LOS SUEÑOS
Había una vez un niño que se llamaba Daniel que siempre tenía pesadillas y nunca había soñado. Sus compañeros le decían que todas las noches se iban al Mundo de los Sueños. Daniel nunca había estado en ese mundo y quería visitarlo así que les pregunto a sus amigos como se iba. Ellos le dijeron que tenía que cerrar los ojos, pensar en cosas que le gustasen y por último dormirse y empezar a soñar. Esa noche Daniel se fue a su cama más temprano de lo habitual para ir a ese mundo mágico. Daniel hizo lo que sus compañeros de clase le dijeron; primero cerró los ojos, luego pensó en cosas que a le gustaban y por último se durmió. De repente se le apareció un ángel que le guio hasta un pastel enorme. Daniel estaba soñando que se comía un pastel de sus favoritos ya que antes de dormirse había pensado en lo que había merendado. Daniel se lo comió todo y se le apareció otro ángel. Éste le guió hasta un parque de atracciones porque la semana siguiente iba a ir con sus padres a su parque de atracciones favorito, y antes de dormir lo habría recordado. Daniel se monto en todas las atracciones. Luego se le apareció otro ángel y otro y otro hasta que se le cumplieron todos sus sueños. Al día siguiente su madre lo despertó y le pregunto si había tenido pesadillas, Daniel le dijo que no y que nunca más iba a tener porque todas las noches iba a viajar al Mundo de los Sueños.



UFF, QUE ROLLO
Había una vez un niño llamado Federico pero le llamaban Uffe por que siempre que decían algo y el no estaba de acuerdo decía “Uff, que rollo”.
Un día estaban en el patio y Uffe quería jugar al pilla pilla pero todos sus demás amigos querían jugar al fútbol y dijo:
-Uff, que rollo.
Y les dijo a sus amigos que no iba a jugar. En clase tocaba lengua e iban a leer los textos libres pero al final el maestro les dijo que hicieran los ejercicios de de la pagina123. Uffe no estaba de acuerdo y dijo:
-Uff, que rollo.
Y no hizo ni un solo ejercicio.
Por la tarde, sus padres le dijeron que tenían que ir de compras y Uffe no quería, quería salir con sus amigos así que dijo:
-Uff, que rollo.
Y como no quería ir de compras le dijo a sus padres que se fueran y el fue a jugar con sus amigos.
Sus amigos, sus maestros y hasta sus padres ya estaban hartos de que siempre les hiciera lo mismo; que cuando no quería hacer algo decía “Uff, que rollo” y no lo hacía. A todos ellos se les ocurrió una idea; darle su propia medicina. Al día siguiente Uffe quería jugar al escondite y como sus demás amigos querían jugar al bote-botella sus amigos le dijeron:
-Uff, que rollo.
Y se fueron. Uffe estaba un poco extrañado ya que nunca sus amigos le habían tratado así, pero no le dio importancia.
Es mismo día en la hora de matemáticas, Uffe quería corregir los ejercicios, pero como el maestros no quería que los corrigiera dijo:
-Uff, que rollo.
Y le dijo a otro que los corrigiera. Uffe ya se empezó a mosquear.
Más tarde fue a su casa y quería ir a una tienda de juegos que estaba un poco lejos por lo que le pregunto a sus padres si le podían llevar a esa tienda y como sus padres querían ir de viaje le dijeron:
-Uff, que rollo.
Y le dijeron que se iban de viaje y se fueron. Uffe ya no aguantaba mas. Ni sus amigos, ni su profesor, ni sus padres se habían comportado nunca así. Uffe los reunió a todos y les pregunto:
-¿Por qué me tratas así?¿Qué os he hecho?
-Siempre nos dejas plantados (dijo Pablo enfadado)
-Es verdad, siempre que todos queremos hacer algo menos tu te vas y no digas que no (dijo su otro amigo Pedro).
Uffe: Pués...Uff, que rollo.
Uffe se iba a ir y sus padres le dijeron:
Uffe, no puedes estar así siempre o acabaras mal.
Uffe: Pués...
Tus notas han bajado mucho desde que te comportas así.
Uffe:Uff...
Javier: Y también hace mucho tiempo que no juegas con nosotros.
Uffe: Bueno tenéis razón.
Desde entonces Uffe aunque en algunas cosas no estaba de acuerdo se aguantaba y tampoco le llamaron Uffe sino Fede.




 
UNA FUENTE MUY ESPECIAL
Había una niña que vivía en Huéscar de nuestra edad que se llamaba Susana e iba todos los días al parque. Un día, cuando ella fue al parque no había nadie pero ella no sabía por qué. A ella lo único que le importaba era jugar así lo primero que hizo tirarse por el tobogán y después columpiarse en los columpios. Susana quería montarse en todo cuando de repente vio una fuente, una preciosa fuente a la cual ella nunca había visto y se quedo mirando un buen rato. Ella que siempre iba al parque pero nunca la había visto si se preguntaba de donde había salido. Susana se sentó en ella y vio como caía el agua pero de repente ya no estaba en el parque, estaba en un pasadizo. Ella estaba con la boca abierta, no sabía que había pasado asique decidió seguir el pasadizo. El pasadizo conducía a un pueblo que solo conocían sus habitantes, y que estaba en guerra. Nada más llegar se cruzó con un chico que le pareció muy guapo y que le dijo:
-Hola me llamo Nicolás y ¿Qué haces aquí? ¿Para qué has venido?
Susana muy tímida le respondió:
-Soy Susana y yo estaba como todos los días en el parque de mi pueblo y vi una fuente, me senté en ella y de repente aparecí aquí.
Nicolás no sabía cómo había podido llegar a su pueblo pero decidió estar con ella para que no le pasara nada. Él le explico a Susana que la parte del norte y la parte del sur de su pueblo estaban peleadas desde hace muchos años porque la parte del norte se pensaba que era la mejor y la parte del sur también lo pensaba. Susana no entendía bien la historia pero quería visitar todo el pueblo a ver cómo era. Nicolás le dijo que le guiaría pero antes le dio una pulsera que llevaba que le dijo a Susana que protegía contra los peligros, que él siempre la llevaba ya que estaban en guerra. Susana al principió no se lo creía pero de repente le iba a caer a una piedra de más de dos metros, pero la pulsera empezó a brillar y antes de que tocara a Susana la piedra se rompió. Susana le dio las gracias Nicolás por la pulsera, y le dijo que la próxima vez tendría más cuidado. Nicolás empezó a enseñarle lo que quedaba de su pueblo ya que con la guerra casi todo eran escombros. Susana le dijo a Nicolás si alguien había hecho algo para finalizar con aquella guerra pero Nicolás le dijo que no, que a los únicos que no les importaba la guerra era a los campesinos a los trabajadores y ellos no podían hacer nada, a Susana se le ocurrió una idea y le dijo a Nicolás que reuniera a todos los campesinos y trabajadores, que iba a acabar con la guerra. Cuando se reunieron todos Susana les contó el plan y a todos les pareció bien. La parte del norte y la parte del sur se estaban peleando pero pararon ya que oyeron a los trabajadores y campesinos que decían:
-¡Guerra abajo! ¡Guerra abajo! ¡Guerra abajo!
La parte del norte y la parte del sur estaba desconcertada. Susana les explico que no podían estar en guerra por averiguar que parte es la mejor, que eran un pueblo y no dos partes. La parte del norte y la parte del sur entendieron que estaba mal lo que estaban haciendo y decidieron terminar con la guerra. Nicolás y Susana se pusieron muy contentos ya que la guerra había acabado pero Susana estaba un poco triste porque no sabía cómo volver a casa pero de repente vio esa fuente la misma con la que había llegado allí. Susana le dio un beso a Nicolás en la mejilla y se subió en la fuente como hizo la otra vez y de repente estaba en el parque pero ya era de noche y sus padres la estaban buscando, vio a su madre y le enseño el lugar donde estaba la fuente pero cuando fueron ya no estaba. Susana le explico a sus padres la aventura que había tenido pero no le creyeron y le dijeron que seguramente se había dormido en algún banco pero entonces Susana se tropezó con una piedra y se iba a caer pero logró mantener el equilibrio. Entonces se miro la mano y vio la pulsera que Nicolás le había dado y sonrió ya que sabía que había pasado de verdad.






LUCÍA Y LA CHOCOLATINA
Había una vez una niña llamada Lucía que no le gustaba nada de comer. La madre de Lucía siempre le preparaba la comida y Lucía nunca se la comía, fuera lo que fuera a Lucía no le gustaba. A ella lo único que le gustaba eran los helados, las golosinas y sobre todo el chocolate. Su madre para que comiera le dijo que si se comía el plato le daría una chocolatina pero Lucía seguía sin comer. Un día su madre le había preparado el plato que menos le gustaba que era la sopa de verduras y Lucía no quería comérselo pero si quería la chocolatina así que tiro la comida a la basura y dejo el plato en la mesa. Su madre al verlo se quedo asombrada pero a la vez muy contenta y como le había prometido le dio una chocolatina pero, no cualquier chocolatina sino la de su chocolate favorito. Ella sabia que lo que había hecho estaba mal pero no le importaba, le quito el envoltorio a la chocolatina y se la comió, ¡Estaba deliciosa!. Al día siguiente fue al colegio y le contó a sus amigas lo que había hecho y se puso a reír pero sus amigas no se rieron y le dijeron que lo que había hecho estaba muy mal porque hay muchos niños que pasan hambre en el mundo. Lucía se empezó a sentir un poco mal. En su casa su madre había preparado pescado que tampoco le gustaba e intento probarlo pero cuando lo probaba lo escupía rápidamente. Como Lucía quería otra chocolatina hizo lo mismo que la otra vez y su madre le dio una chocolatina. Estaba muy rica pero a Lucía no le sabio tan bien por como la había conseguido. Esa noche tuvo muchas pesadillas y soñó que era una niña pobre y que se moría de hambre. Noche tras noche tenía la misma pesadilla y cada vez se sentía peor. Un día ya no aguanto más por lo que decidió decírselo a su madre:

Mamá...(dijo Lucía).
Si hija(dijo su madre)
Lucía:¿Te acuerdas que estos días me he comido toda la comida?
Claro (le respondió su madre).
Pues... ¡En realidad no me he comido la comida, la he tirada a la basura porque quería la chocolatina, por favor perdoname!(dijo Lucía llorando).
Ya lo se hija, no te preocupes, ten una chocolatina(dijo su madre orgullosa de que su hija le hubiera dicho la verdad).
Pe, pero ¿Como lo sabías?(dijo Lucía asombrada)
Hija, ¿Como me voy a creer que un día de repente te comes la comida que menos te gusta? Y además, vi la comida en la basura, era difícil creerte.(dijo su madre riéndose)
Prometo no tirar la comida nunca y mas y voy a intentar comerme hasta lo que no me gusta ¿Vale? (dijo Lucía muy decidida).
Madre:Vale hija.

Desde entonces Lucía come de todo aunque algunas comidas le gustan más que otras y su madre siempre que se lo come todo le da una chocolatina.




EL ECLIPSE DE ESPEJO
Había una vez una chica llamada Miriam a la cual le encantaba mirarse al espejo de su habitación. Miriam se podía pasar horas y horas mirándose al espejo por lo que no salía mucho a la calle. Un día hubo un eclipse y Miriam fue a verlo. Miriam vio la mitad y antes de que acabara fue a dormir a su cuarto y abrió la ventana porque hacía calor. Por la noche la luz del eclipse se reflejo en el espejo y algo paso. A la mañana siguiente como siempre, lo primero que hizo Miriam fue mirarse al espejo y... ¡No se reflejaba! Miriam siguió mirando el espejo, estuvo así horas y horas pero siguia sin reflejarse. Por la tarde Miriam estaba muy triste por lo que siguia en su cuarto frente al espejo y en ese momento alguien fue a llamar a su casa. Eran sus amigas que querían que fuera a jugar con ella y como Miriam no podía mirarse al espejo decidió ir a jugar con ellas. Esa tarde se lo pasó genial. Ya pasó un año y Miriam seguía sin mirarse al espejo. Esa noche el eclipse y Miriam hizo lo mismo que el año pasado, vio la mitad del eclipse y antes de que acabara fue a dormir a su cuarto y abrió la ventana porque hacía calor. Al día siguiente se despertó, miró al espejo, y... ¡Se veía reflejada! Miriam estaba muy contenta porque volvía a verse en el espejo pero había aprendido una lección, que no se puede pasar todo el día mirándose al espejo. 




 LA PALABRA PERDIDA
 
Erase una vez dos alumnos del colegio Princesa Sofía que se llamaban Andrea y Santi que un día el maestro les mando cuatro ejercicios y decidieron hacer los deberes juntos. El primero, el segundo y el tercero lo sabían hacer pero en el cuatro les ponía que tenían que buscar el significado de la palabra escalinadosis pero ninguno de los dos la sabía. Buscaron en el diccionario, y después en todas las páginas web de internet pero en ninguna parte salía. Les preguntaron a sus padres pero tampoco lo sabían. Andrea y Santi estaban un poco extrañados, ¿Cómo les iban a mandar el maestro buscar una palabra que ni siquiera existe? Pensaron durante un buen rato algún sitio donde pudiera aparecer la palabra escalinadosis y se les ocurrió ir a la biblioteca. En la biblioteca miraron los libros pero no aparecía así que le preguntaron al bibliotecario. El bibliotecario les dijo que era una palabra la cual nadie sabía el significado y que para saberlo tenían que tener un mapa y seguir las pistas hasta encontrar el final de la frase. Andrea y Santi no sabían muy bien a lo que se refería pero le preguntaron que si tenía el mapa y el bibliotecario les respondió que sí. El bibliotecario les dio el mapa pero les dijo que tuvieran mucho cuidado y ellos le dijeron que vale. Había tres pistas y la primera decía que tenían que encontrar la “o” gigante. Ellos no sabían a lo que se era pero mientras caminaban vieron en lo alto de una colina una cueva que parecía una “o” entonces les quedo claro, sabían que era eso. Fueron corriendo a la colina donde estaba la cueva y se cansaron a la mitad del camino pero descansaron un poco y siguieron. Al fin llegaron y se les apareció una luz que en instantes desapareció y pensaron que era porque habían descifrado la primera pista asique leyeron la segunda y decía que tenían que encontrar la palabra interminable pero antes de nada decidieron entrar en la cueva. Entraron y había tres túneles y miraron en los tres. Uno estaba lleno de murciélagos otro se acababa nada más entrar y el último no tenia fin. Santi entendió la pista y le dijo a Andrea que era el último túnel y los dos entraron. Se les apareció la misma extraña luz y sabían que significaba, les faltaba la ultima pista asique la leyeron pero lo único que ponía era que la tenían que averiguar ellos. Andrea y a Santi empezaron a pensar en algo pero no se les ocurrió nada, lo único que había en el túnel era mucha tierra y una piedra en forma de punto, entonces Andrea recordó que el bibliotecario les había dicho que tenían que encontrar el final de la frase. Andrea pensó en que acababan las frases y era en un punto asique decidió levantar la piedra y debajo de la piedra estaba enterrado un cofre. El cofre estaba muy duro y no lo podía abrir pero Andrea llamo a Santi y entre los dos lo abrieron. Dentro del cofre había un papel en el que decía: “Habéis descifrado todas las pistas enhorabuena. El significado de la palabra escalinadosis es prueba de valentía escandalosa y costosa que necesita coraje”. Cuando lo leyeron Santi y Andrea se sintieron muy felices de haberlo descifrado y fueron sus casas. Al día siguiente fueron a la escuela y corrigieron los ejercicios que les había mandado el maestro. Corrigieron el uno, el dos y el tres y el cuatro le toco corregirlo a Santi. Santi dijo el significado de la palabra escalinadosis y cuando lo dijo toda su clase se puso a reír. Andrea y Santi estaban desconcertados pero el maestro les explico que la palabra no era escalinadosis sino que eran las palabras escalar, mina y dosis que se habrían confundido al copiarlo. Andrea y Santi se disgustaron un poco pero ellos sabían que lo que habían dicho era cierto y que nunca se les iba a olvidar esa aventura.
















  EL PUEBLO
Había hace unos años un pueblo al sur de España del cual nadie había oído hablar. En otro lugar, en el centro de España un matrimonio de recién casados estaba pensado donde ir de luna de miel, miraron el mapa de España muchas veces pero ya habían estado en todos esos sitios y entonces, de repente, oyeron una voz, miraron hacía atrás y volvieron a mirar el mapa y vieron ese pueblo en el mapa y como era el único sitio en el que no había estado decidieron ir allí. Estaba cerca así que fueron en coche y cuando llegaron no era como se lo habían imaginado ya que era una especie de “pueblo fantasma”. No había gente, ni animales, ni plantas parecía que ellos dos eran los únicos habitantes pero les resultaba extraño porque había muchas casas. Decidieron recorrer el pueblo por si veían a alguien que les pudiera explicar algo de ese extraño pueblo. Buscaron y buscaron miraron cada rincón del pueblo pero seguían sin ver a nadie y cada vez les estaba dando mas miedo. Entonces oyeron una puerta cerrarse miraron hacía atrás y oyeron la misma voz que parecía llamarles. El matrimonio pensó en irse y fueron a donde dejaron el coche y ¡no estaba! Eso era ya muy raro, intentaron llamar a alguien y tampoco tenían cobertura. Esto era ya muy raro, y oyeron la voz de nuevo que les decía:
-Venid, venid.
Les asustaba mucho pero decidieron ir al sitio de donde venia la voz. La voz siguió diciendo lo mismo y el matrimonio siguió la voz y le guió a una casa que no era como las demás. Parecía un palacio entraron y estaba lleno de esqueletos. No aguantaban mas estaban aterrorizados, empezaron a gritar:
-¡¡Socorro, socorro!!
-Voy a hacer que dejeis de sufrir... ¡Jajaja! -dijo la voz-
-¡¡Ah!! -dijo el matrimonio-
De repente se dejo de oir al matrimonio y la voz se empezó a reír. Pasaron las semanas y los meses y nadie sabía donde estaba el matrimonio. Sus familiares lo buscaron pero no lo encontraron lo único que encontraron fue un mapa de España mas grande que tenia una parte que no existía redondeada.




 
Aquí os mostraré los cuentos que estoy haciendo.


DÍAS DE CAMPAMENTO
Había una vez, en un pueblo gaditano, dos hermanos mellizos Javier y Luna. Ellos dos se llevaban fatal no podían verse la cara o empezaban a pelearse o por quien nació primero, por quien era mas guapo o por incluso quien era mas alto. Sus padres ya no sabían que hacer porque sabían que que se pelearan era normal porque eran hermanos pero no estaban ni un minuto juntos sin cogerse de los pelos así que intentaron algo. Pensaron que si pasaban tiempo juntos podrían ver las cosas que tenían en común así que ya que era las vacaciones decidieron llevarlos a un campamento de verano.

Cuando se lo dijeron a Javier y Luna se pusieron como locos ya que no estaban dispuestos a estar todo el verano durmiendo los dos juntos en una tienda de campaña pero sus padres los obligaron y tuvieron que ir.
Cuando se montaron en el autobús con todas sus cosas estaban todo el rato empujándose intentando tirar al otro del asiento pero al final llegaron al campamento sin haberse peleado antes. En cuanto se bajaron del autobús los monitores del campamento hicieron los grupos y para la sorpresa de los hermanos solo había dos grupos; uno de chicos y otro de chicas. Cuando se lo dijeron a Javier y Luna se pusieron la mar de contentos y no paraban de dar saltos de alegría y aunque sabían que nunca se habían separado desde que nacieron pensaron que iba a ser genial pasar todo el verano si su molesto hermano mellizo.

El primer día montaron la tienda de campaña cada uno con su grupo y les costo bastante pero terminaron y luego empezaron las presentaciones. Luna conoció de su grupo a Lisa, María y a Sofía y Javier conoció de su grupo a José, Pedro y Miguel. Todos se llevaban muy bien por parte del grupo de las chicas y de los chicos. Al día siguiente estuvieron haciendo muchas actividades y así siguieron durante la mitad del campamento hasta que cuando solo quedaban unas dos semanas para que acaba el campamento los monitores les dijeron a los dos grupos que iban a hacer una competición el último día de campamento entre chicas y chicos y que iba a constar de cinco pruebas; escalada, pesca, tiro con arco, carrera y la última prueba, el piragüismo y el equipo que ganara mas pruebas ganaría un trofeo del campamento. Los monitores también dijeron que tenia que elegir a un capitán de cada equipo y por parte de la chicas eligieron a Luna y por parte de los chicos eligieron a Javier. En cuanto supieron que se iban a convertir rivales para ellos esto era mas que una simple competición, era la guerra.

Los equipos de Luna y Javier estuvieron practicando todo lo que habían aprendido este verano e intentaron que se ocupara de cada prueba al que mejor se le daba excepto el piragüismo que era entre todo el equipo.

Ya era el último día de campamento, el día de la competición y todos los padres incluidos los de Javier y Luna fueron a ver a sus hijos hacer las pruebas. La primera prueba fue la carrera y la realizaron Miguel contra Sofía. Ganó por unos segundos Miguel y los chicos estaban en primera posición pero las chicas no se rendían. La segunda prueba fue tiro con arco, Lisa contra Pedro y ganó Lisa por 5 puntos de ventaja. La tercera prueba era la pesca, María contra José y aunque fue por 200g ganó el pez de José con 2600g.e La cuarta prueba la realizaron los capitanes de los equipos que era la escalada y un traspiés de Javier les dio la victoria a las chicas. Ya solo quedaba una prueba, la del desempate, el piragüismo.

La prueba consistía en ir remando en una canoa y llegar hasta una boya en la que había una bandera y el primer equipo que cogiera y levantara la bandera ganaba. Los miembros de cada equipo se montaron en una canoa para cuatro personas y cogieron los remos. Los capitanes iban en el asiento delantero de sus canoas, todos estaban muy nerviosos pues querían ese premio mas que nada en el mundo. Y entonces los monitores dijeron a la vez:

-Preparados, listos... ¡Yaaa!

Todos los miembros de ambos equipos empezaron a remar como si la vida dependiera de ello. Al principio iba el grupo de Javier en cabeza pero pronto le alcanzo el grupo de su hermana. Las dos canoas iban iguales y solo quedaban unos 25m. Mientras remaban Luna le dijo a su hermano:

-Voy a ganar sea como sea ¡No pienso permitir que todos los días de mi vida me restriegues que no gane la competición del campamento!
-Espera... ¿piensas que seria tan cruel?(dijo Javier extrañado)
-Pues si, como siempre nos peleamos (dijo Luna)
-Yo pienso que porque seamos hermanos no significa que no nos queramos y de vez en cuando nos apoyemos (dijo Javier sonriendole)
-Si, supongo (dijo Luna devolviendo le la sonrisa)

Ya habían llegado solo faltaba coger la bandera para señalar al equipo ganador y entonces a la hora de cogerla Luna y Javier pusieron las manos sobre la bandera y a la vez la levantaron con una sonrisa de ganadores.

Luego a la hora de decir el equipo que había ganado no había palabras, los dos lo habían hecho igual de bien así que los dos equipos ganaron y Luna y Javier se llevaron el trofeo pero se llevaron algo mas, el haberse comportado por fin como dos buenos hermanos.



 
EL MISTERIO DEL PASTEL
Hace unos años, había un colegio en Granada que se llamaba Special porque todos sus alumnos eran especiales. Había un chico que se llamaba Jump porque le chiflaba saltar, una chica que se llamaba Vals porque le encantaba bailar…Y había un chico que era Bollito, que su madre y su padre eran pasteleros y estaba bastante gordo y no era demasiado listo que digamos. Bollito todos los días para el recreo se llevaba un bollo o un pastel pero un día pasó algo en ese colegio tan especial. Bollito se llevó para merendar en el recreo el pastel más rico que había hecho su padre, desde que llegó estaba ansioso de que llegara el recreo para comérselo (no tenía pensado compartirlo). A primera hora tocaba lengua y estaba mirando su mochila y soñando que se lo comía y así hora tras hora hasta que de repente sonó la campana ¡eso significaba que era el recreo! Bollito estaba súper contento y de tanta emoción se puso a gritar por los pasillos:
-¡Bien, bien! ¡Ya es la hora de recreo! (todo el mundo pensaba que estaba loco pero él era feliz)
Echó el papel a la basura y… ¡No había nada! Eso solo significaba una cosa ¡Se lo habían robado! El estaba tan seguro que les dijo a todos los chicos y chicas que si veían un pastel que tenía una gran pinta que se lo dieran, que era suyo (no cayó en que si lo buscaban y lo encontraban no se lo iban a dar, se lo iban a comer). Bollito estaba muy preocupado no por quien se lo había robado sino por el pastel que tanto había costado hacer a su padre y estaba deseando probarlo. Entonces se oyó una voz que decía:
-Puedo ayudarte a encontrar la persona que te robó el pastel.

Era Dec el detective del colegio y siempre a alguien se le perdía o se lo robaban lo encontraba 5 minutos antes de que acabara el recreo pero este era un caso especial porque faltaban solo 15 minutos para que finalizara la media hora.
Dec le pregunto a todo el patio pero, nadie le dio ninguna pista. Bollito estaba llorando todo el rato él lo único que quería era comerse ese pastel tan delicioso. Dec estaba como loco intentando resolver el misterio pero no sabía ni cómo ni porque lo había hecho. Faltaban ya tan solo 5 minutos para que acabara el recreo y todo el patio intentaba consolar a Bollito (no por nada, era por si lo encontraba que les diera un trozo) pero Bollito cada vez estaba más triste. De repente sonó la sirena, el recreo había acabado pero el misterio no se había resuelto y Dec estaba destrozado. Cuando Bollito entro a clase saco el libro de matemáticas porque era la asignatura que tocaba y de repente se le cambio la cara de tristeza por una de picardía, era porque había encontrado el pastel que parece ser que había metido en otro bolsillo y con la mala cabeza que tiene se le olvido. Al salir ya todos los niños y niñas se enteraron de que lo había encontrado y a todos los que le consolaron les tuvo que dar un trozo, cuando se dio cuenta de que ¡Se le había acabado! Después de tanto buscarlo al final no sirvió para nada, el pobre Bollito se quedó sin pastel pero aprendió la lección ¡No traer más pastel al cole!



EL MONSTRUO DE RIN-RIN
Había una vez un pueblo llamado Rin-rin que tenía una leyenda que se había pasado de generación en generación y la noche que fuera luna llena, eclipse de sol y que el año tuviera dos ceros aparecería en la montaña de Ran-ran el monstruo de Rin-rin. En el pueblo había una niña llamada Maya y su hermana menor Clara. Ellas creían plenamente en la leyenda pero como nunca había pasado el suceso ni habían visto al monstruo por lo que no podían decir si era verdad o mentira. Ese año era el 2020 y dio la casualidad de que esa semana, el domingo, era luna llena y eclipse de sol el mismo día por lo que Maya y Clara querían ver si la leyenda era cierta. Era sábado y estuvieron preparando las cosas para el gran día:
Maya: tenemos que llevarnos una mochila con todo lo que vamos a necesitar como una linterna, una cantimplora por si nos da sed, comida por si nos da hambre, una cámara para grabar al monstruo y una red para atraparlo.
-¡¿Vamos a atrapar al monstruo?!(dijo Clara asustada)
Maya: Claro, así todo el mundo nos creerá aunque si no podemos nos conformamos con las fotos.
-Uff, menos mal (dijo Clara aliviada).
Llegó el domingo y Maya y Clara habían preparado la mochila y lo tenían todo previsto. Irían a la montaña de Ran-ran, le hecharían una foto al monstruo le tirarían comida para entretenerlo y con la red lo atraparían, solo había un problema ¿Quien las llevaría a la montaña? Se lo preguntaron a sus padres:
Clara: ¿Podemos ir a la montaña de Ran-ran para capturar al monstruo de Rin-rin? (dijo Clara rápidamente ya que estaba muy nerviosa).
Hija repite no te he entendido ni una palabra(dijo la madre de Maya y Clara).
Maya: Dice que si podemos ir a la montaña de Ran-ran porque, como ya sabéis, hoy aperecera el monstruo de Rin-rin.
Hijas, solo son supersticiones, no existe ese monstruo y además, es domingo por lo que mañana hay colegio así que iros a la cama que ya deberíais de estar dormidas.(dijo su madre rompiéndoles el corazón).
-Entonces... ¿Existe el monstruo de Rin-rin?(dijo Clara con intriga)
Maya:Eso nunca lo sabremos porque creo que no habrá un eclipse de sol, en una noche de luna llena en un año con dos ceros en los años que nos quedan.
Clara:Jooo...(dijo decepcionada).
Luego se fueron a dormir.
Al día siguiente fueron al colegio y cuando volvieron Maya estaba mirando las fotos de su cámara y de repente... ¡Vio la foto de un monstruo! Y no solo eso ¡Estaba en la cueva de Ran-ran! Eso solo significaba una cosa ¡Era el monstruo de Rin-rin!. Maya le enseño la foto a su hermana y ninguna de los dos se lo podía creer. Se la enseñaron a su madre y a su padre y decían que no podía ser pero ellas sabían que si, que era el monstruo de Rin-rin y que siempre que les preguntaran si la leyenda era cierta ellas iban a decir que si.




EL MUNDO DE LOS SUEÑOS
Había una vez un niño que se llamaba Daniel que siempre tenía pesadillas y nunca había soñado. Sus compañeros le decían que todas las noches se iban al Mundo de los Sueños. Daniel nunca había estado en ese mundo y quería visitarlo así que les pregunto a sus amigos como se iba. Ellos le dijeron que tenía que cerrar los ojos, pensar en cosas que le gustasen y por último dormirse y empezar a soñar. Esa noche Daniel se fue a su cama más temprano de lo habitual para ir a ese mundo mágico. Daniel hizo lo que sus compañeros de clase le dijeron; primero cerró los ojos, luego pensó en cosas que a le gustaban y por último se durmió. De repente se le apareció un ángel que le guio hasta un pastel enorme. Daniel estaba soñando que se comía un pastel de sus favoritos ya que antes de dormirse había pensado en lo que había merendado. Daniel se lo comió todo y se le apareció otro ángel. Éste le guió hasta un parque de atracciones porque la semana siguiente iba a ir con sus padres a su parque de atracciones favorito, y antes de dormir lo habría recordado. Daniel se monto en todas las atracciones. Luego se le apareció otro ángel y otro y otro hasta que se le cumplieron todos sus sueños. Al día siguiente su madre lo despertó y le pregunto si había tenido pesadillas, Daniel le dijo que no y que nunca más iba a tener porque todas las noches iba a viajar al Mundo de los Sueños.



UFF, QUE ROLLO
Había una vez un niño llamado Federico pero le llamaban Uffe por que siempre que decían algo y el no estaba de acuerdo decía “Uff, que rollo”.
Un día estaban en el patio y Uffe quería jugar al pilla pilla pero todos sus demás amigos querían jugar al fútbol y dijo:
-Uff, que rollo.
Y les dijo a sus amigos que no iba a jugar. En clase tocaba lengua e iban a leer los textos libres pero al final el maestro les dijo que hicieran los ejercicios de de la pagina123. Uffe no estaba de acuerdo y dijo:
-Uff, que rollo.
Y no hizo ni un solo ejercicio.
Por la tarde, sus padres le dijeron que tenían que ir de compras y Uffe no quería, quería salir con sus amigos así que dijo:
-Uff, que rollo.
Y como no quería ir de compras le dijo a sus padres que se fueran y el fue a jugar con sus amigos.
Sus amigos, sus maestros y hasta sus padres ya estaban hartos de que siempre les hiciera lo mismo; que cuando no quería hacer algo decía “Uff, que rollo” y no lo hacía. A todos ellos se les ocurrió una idea; darle su propia medicina. Al día siguiente Uffe quería jugar al escondite y como sus demás amigos querían jugar al bote-botella sus amigos le dijeron:
-Uff, que rollo.
Y se fueron. Uffe estaba un poco extrañado ya que nunca sus amigos le habían tratado así, pero no le dio importancia.
Es mismo día en la hora de matemáticas, Uffe quería corregir los ejercicios, pero como el maestros no quería que los corrigiera dijo:
-Uff, que rollo.
Y le dijo a otro que los corrigiera. Uffe ya se empezó a mosquear.
Más tarde fue a su casa y quería ir a una tienda de juegos que estaba un poco lejos por lo que le pregunto a sus padres si le podían llevar a esa tienda y como sus padres querían ir de viaje le dijeron:
-Uff, que rollo.
Y le dijeron que se iban de viaje y se fueron. Uffe ya no aguantaba mas. Ni sus amigos, ni su profesor, ni sus padres se habían comportado nunca así. Uffe los reunió a todos y les pregunto:
-¿Por qué me tratas así?¿Qué os he hecho?
-Siempre nos dejas plantados (dijo Pablo enfadado)
-Es verdad, siempre que todos queremos hacer algo menos tu te vas y no digas que no (dijo su otro amigo Pedro).
Uffe: Pués...Uff, que rollo.
Uffe se iba a ir y sus padres le dijeron:
Uffe, no puedes estar así siempre o acabaras mal.
Uffe: Pués...
Tus notas han bajado mucho desde que te comportas así.
Uffe:Uff...
Javier: Y también hace mucho tiempo que no juegas con nosotros.
Uffe: Bueno tenéis razón.
Desde entonces Uffe aunque en algunas cosas no estaba de acuerdo se aguantaba y tampoco le llamaron Uffe sino Fede.




 
UNA FUENTE MUY ESPECIAL
Había una niña que vivía en Huéscar de nuestra edad que se llamaba Susana e iba todos los días al parque. Un día, cuando ella fue al parque no había nadie pero ella no sabía por qué. A ella lo único que le importaba era jugar así lo primero que hizo tirarse por el tobogán y después columpiarse en los columpios. Susana quería montarse en todo cuando de repente vio una fuente, una preciosa fuente a la cual ella nunca había visto y se quedo mirando un buen rato. Ella que siempre iba al parque pero nunca la había visto si se preguntaba de donde había salido. Susana se sentó en ella y vio como caía el agua pero de repente ya no estaba en el parque, estaba en un pasadizo. Ella estaba con la boca abierta, no sabía que había pasado asique decidió seguir el pasadizo. El pasadizo conducía a un pueblo que solo conocían sus habitantes, y que estaba en guerra. Nada más llegar se cruzó con un chico que le pareció muy guapo y que le dijo:
-Hola me llamo Nicolás y ¿Qué haces aquí? ¿Para qué has venido?
Susana muy tímida le respondió:
-Soy Susana y yo estaba como todos los días en el parque de mi pueblo y vi una fuente, me senté en ella y de repente aparecí aquí.
Nicolás no sabía cómo había podido llegar a su pueblo pero decidió estar con ella para que no le pasara nada. Él le explico a Susana que la parte del norte y la parte del sur de su pueblo estaban peleadas desde hace muchos años porque la parte del norte se pensaba que era la mejor y la parte del sur también lo pensaba. Susana no entendía bien la historia pero quería visitar todo el pueblo a ver cómo era. Nicolás le dijo que le guiaría pero antes le dio una pulsera que llevaba que le dijo a Susana que protegía contra los peligros, que él siempre la llevaba ya que estaban en guerra. Susana al principió no se lo creía pero de repente le iba a caer a una piedra de más de dos metros, pero la pulsera empezó a brillar y antes de que tocara a Susana la piedra se rompió. Susana le dio las gracias Nicolás por la pulsera, y le dijo que la próxima vez tendría más cuidado. Nicolás empezó a enseñarle lo que quedaba de su pueblo ya que con la guerra casi todo eran escombros. Susana le dijo a Nicolás si alguien había hecho algo para finalizar con aquella guerra pero Nicolás le dijo que no, que a los únicos que no les importaba la guerra era a los campesinos a los trabajadores y ellos no podían hacer nada, a Susana se le ocurrió una idea y le dijo a Nicolás que reuniera a todos los campesinos y trabajadores, que iba a acabar con la guerra. Cuando se reunieron todos Susana les contó el plan y a todos les pareció bien. La parte del norte y la parte del sur se estaban peleando pero pararon ya que oyeron a los trabajadores y campesinos que decían:
-¡Guerra abajo! ¡Guerra abajo! ¡Guerra abajo!
La parte del norte y la parte del sur estaba desconcertada. Susana les explico que no podían estar en guerra por averiguar que parte es la mejor, que eran un pueblo y no dos partes. La parte del norte y la parte del sur entendieron que estaba mal lo que estaban haciendo y decidieron terminar con la guerra. Nicolás y Susana se pusieron muy contentos ya que la guerra había acabado pero Susana estaba un poco triste porque no sabía cómo volver a casa pero de repente vio esa fuente la misma con la que había llegado allí. Susana le dio un beso a Nicolás en la mejilla y se subió en la fuente como hizo la otra vez y de repente estaba en el parque pero ya era de noche y sus padres la estaban buscando, vio a su madre y le enseño el lugar donde estaba la fuente pero cuando fueron ya no estaba. Susana le explico a sus padres la aventura que había tenido pero no le creyeron y le dijeron que seguramente se había dormido en algún banco pero entonces Susana se tropezó con una piedra y se iba a caer pero logró mantener el equilibrio. Entonces se miro la mano y vio la pulsera que Nicolás le había dado y sonrió ya que sabía que había pasado de verdad.






LUCÍA Y LA CHOCOLATINA
Había una vez una niña llamada Lucía que no le gustaba nada de comer. La madre de Lucía siempre le preparaba la comida y Lucía nunca se la comía, fuera lo que fuera a Lucía no le gustaba. A ella lo único que le gustaba eran los helados, las golosinas y sobre todo el chocolate. Su madre para que comiera le dijo que si se comía el plato le daría una chocolatina pero Lucía seguía sin comer. Un día su madre le había preparado el plato que menos le gustaba que era la sopa de verduras y Lucía no quería comérselo pero si quería la chocolatina así que tiro la comida a la basura y dejo el plato en la mesa. Su madre al verlo se quedo asombrada pero a la vez muy contenta y como le había prometido le dio una chocolatina pero, no cualquier chocolatina sino la de su chocolate favorito. Ella sabia que lo que había hecho estaba mal pero no le importaba, le quito el envoltorio a la chocolatina y se la comió, ¡Estaba deliciosa!. Al día siguiente fue al colegio y le contó a sus amigas lo que había hecho y se puso a reír pero sus amigas no se rieron y le dijeron que lo que había hecho estaba muy mal porque hay muchos niños que pasan hambre en el mundo. Lucía se empezó a sentir un poco mal. En su casa su madre había preparado pescado que tampoco le gustaba e intento probarlo pero cuando lo probaba lo escupía rápidamente. Como Lucía quería otra chocolatina hizo lo mismo que la otra vez y su madre le dio una chocolatina. Estaba muy rica pero a Lucía no le sabio tan bien por como la había conseguido. Esa noche tuvo muchas pesadillas y soñó que era una niña pobre y que se moría de hambre. Noche tras noche tenía la misma pesadilla y cada vez se sentía peor. Un día ya no aguanto más por lo que decidió decírselo a su madre:

Mamá...(dijo Lucía).
Si hija(dijo su madre)
Lucía:¿Te acuerdas que estos días me he comido toda la comida?
Claro (le respondió su madre).
Pues... ¡En realidad no me he comido la comida, la he tirada a la basura porque quería la chocolatina, por favor perdoname!(dijo Lucía llorando).
Ya lo se hija, no te preocupes, ten una chocolatina(dijo su madre orgullosa de que su hija le hubiera dicho la verdad).
Pe, pero ¿Como lo sabías?(dijo Lucía asombrada)
Hija, ¿Como me voy a creer que un día de repente te comes la comida que menos te gusta? Y además, vi la comida en la basura, era difícil creerte.(dijo su madre riéndose)
Prometo no tirar la comida nunca y mas y voy a intentar comerme hasta lo que no me gusta ¿Vale? (dijo Lucía muy decidida).
Madre:Vale hija.

Desde entonces Lucía come de todo aunque algunas comidas le gustan más que otras y su madre siempre que se lo come todo le da una chocolatina.




EL ECLIPSE DE ESPEJO
Había una vez una chica llamada Miriam a la cual le encantaba mirarse al espejo de su habitación. Miriam se podía pasar horas y horas mirándose al espejo por lo que no salía mucho a la calle. Un día hubo un eclipse y Miriam fue a verlo. Miriam vio la mitad y antes de que acabara fue a dormir a su cuarto y abrió la ventana porque hacía calor. Por la noche la luz del eclipse se reflejo en el espejo y algo paso. A la mañana siguiente como siempre, lo primero que hizo Miriam fue mirarse al espejo y... ¡No se reflejaba! Miriam siguió mirando el espejo, estuvo así horas y horas pero siguia sin reflejarse. Por la tarde Miriam estaba muy triste por lo que siguia en su cuarto frente al espejo y en ese momento alguien fue a llamar a su casa. Eran sus amigas que querían que fuera a jugar con ella y como Miriam no podía mirarse al espejo decidió ir a jugar con ellas. Esa tarde se lo pasó genial. Ya pasó un año y Miriam seguía sin mirarse al espejo. Esa noche el eclipse y Miriam hizo lo mismo que el año pasado, vio la mitad del eclipse y antes de que acabara fue a dormir a su cuarto y abrió la ventana porque hacía calor. Al día siguiente se despertó, miró al espejo, y... ¡Se veía reflejada! Miriam estaba muy contenta porque volvía a verse en el espejo pero había aprendido una lección, que no se puede pasar todo el día mirándose al espejo. 




 LA PALABRA PERDIDA
 
Erase una vez dos alumnos del colegio Princesa Sofía que se llamaban Andrea y Santi que un día el maestro les mando cuatro ejercicios y decidieron hacer los deberes juntos. El primero, el segundo y el tercero lo sabían hacer pero en el cuatro les ponía que tenían que buscar el significado de la palabra escalinadosis pero ninguno de los dos la sabía. Buscaron en el diccionario, y después en todas las páginas web de internet pero en ninguna parte salía. Les preguntaron a sus padres pero tampoco lo sabían. Andrea y Santi estaban un poco extrañados, ¿Cómo les iban a mandar el maestro buscar una palabra que ni siquiera existe? Pensaron durante un buen rato algún sitio donde pudiera aparecer la palabra escalinadosis y se les ocurrió ir a la biblioteca. En la biblioteca miraron los libros pero no aparecía así que le preguntaron al bibliotecario. El bibliotecario les dijo que era una palabra la cual nadie sabía el significado y que para saberlo tenían que tener un mapa y seguir las pistas hasta encontrar el final de la frase. Andrea y Santi no sabían muy bien a lo que se refería pero le preguntaron que si tenía el mapa y el bibliotecario les respondió que sí. El bibliotecario les dio el mapa pero les dijo que tuvieran mucho cuidado y ellos le dijeron que vale. Había tres pistas y la primera decía que tenían que encontrar la “o” gigante. Ellos no sabían a lo que se era pero mientras caminaban vieron en lo alto de una colina una cueva que parecía una “o” entonces les quedo claro, sabían que era eso. Fueron corriendo a la colina donde estaba la cueva y se cansaron a la mitad del camino pero descansaron un poco y siguieron. Al fin llegaron y se les apareció una luz que en instantes desapareció y pensaron que era porque habían descifrado la primera pista asique leyeron la segunda y decía que tenían que encontrar la palabra interminable pero antes de nada decidieron entrar en la cueva. Entraron y había tres túneles y miraron en los tres. Uno estaba lleno de murciélagos otro se acababa nada más entrar y el último no tenia fin. Santi entendió la pista y le dijo a Andrea que era el último túnel y los dos entraron. Se les apareció la misma extraña luz y sabían que significaba, les faltaba la ultima pista asique la leyeron pero lo único que ponía era que la tenían que averiguar ellos. Andrea y a Santi empezaron a pensar en algo pero no se les ocurrió nada, lo único que había en el túnel era mucha tierra y una piedra en forma de punto, entonces Andrea recordó que el bibliotecario les había dicho que tenían que encontrar el final de la frase. Andrea pensó en que acababan las frases y era en un punto asique decidió levantar la piedra y debajo de la piedra estaba enterrado un cofre. El cofre estaba muy duro y no lo podía abrir pero Andrea llamo a Santi y entre los dos lo abrieron. Dentro del cofre había un papel en el que decía: “Habéis descifrado todas las pistas enhorabuena. El significado de la palabra escalinadosis es prueba de valentía escandalosa y costosa que necesita coraje”. Cuando lo leyeron Santi y Andrea se sintieron muy felices de haberlo descifrado y fueron sus casas. Al día siguiente fueron a la escuela y corrigieron los ejercicios que les había mandado el maestro. Corrigieron el uno, el dos y el tres y el cuatro le toco corregirlo a Santi. Santi dijo el significado de la palabra escalinadosis y cuando lo dijo toda su clase se puso a reír. Andrea y Santi estaban desconcertados pero el maestro les explico que la palabra no era escalinadosis sino que eran las palabras escalar, mina y dosis que se habrían confundido al copiarlo. Andrea y Santi se disgustaron un poco pero ellos sabían que lo que habían dicho era cierto y que nunca se les iba a olvidar esa aventura.
















  EL PUEBLO
Había hace unos años un pueblo al sur de España del cual nadie había oído hablar. En otro lugar, en el centro de España un matrimonio de recién casados estaba pensado donde ir de luna de miel, miraron el mapa de España muchas veces pero ya habían estado en todos esos sitios y entonces, de repente, oyeron una voz, miraron hacía atrás y volvieron a mirar el mapa y vieron ese pueblo en el mapa y como era el único sitio en el que no había estado decidieron ir allí. Estaba cerca así que fueron en coche y cuando llegaron no era como se lo habían imaginado ya que era una especie de “pueblo fantasma”. No había gente, ni animales, ni plantas parecía que ellos dos eran los únicos habitantes pero les resultaba extraño porque había muchas casas. Decidieron recorrer el pueblo por si veían a alguien que les pudiera explicar algo de ese extraño pueblo. Buscaron y buscaron miraron cada rincón del pueblo pero seguían sin ver a nadie y cada vez les estaba dando mas miedo. Entonces oyeron una puerta cerrarse miraron hacía atrás y oyeron la misma voz que parecía llamarles. El matrimonio pensó en irse y fueron a donde dejaron el coche y ¡no estaba! Eso era ya muy raro, intentaron llamar a alguien y tampoco tenían cobertura. Esto era ya muy raro, y oyeron la voz de nuevo que les decía:
-Venid, venid.
Les asustaba mucho pero decidieron ir al sitio de donde venia la voz. La voz siguió diciendo lo mismo y el matrimonio siguió la voz y le guió a una casa que no era como las demás. Parecía un palacio entraron y estaba lleno de esqueletos. No aguantaban mas estaban aterrorizados, empezaron a gritar:
-¡¡Socorro, socorro!!
-Voy a hacer que dejeis de sufrir... ¡Jajaja! -dijo la voz-
-¡¡Ah!! -dijo el matrimonio-
De repente se dejo de oir al matrimonio y la voz se empezó a reír. Pasaron las semanas y los meses y nadie sabía donde estaba el matrimonio. Sus familiares lo buscaron pero no lo encontraron lo único que encontraron fue un mapa de España mas grande que tenia una parte que no existía redondeada.




 

 
 


Aquí os mostraré los cuentos que estoy haciendo.


DÍAS DE CAMPAMENTO
Había una vez, en un pueblo gaditano, dos hermanos mellizos Javier y Luna. Ellos dos se llevaban fatal no podían verse la cara o empezaban a pelearse o por quien nació primero, por quien era mas guapo o por incluso quien era mas alto. Sus padres ya no sabían que hacer porque sabían que que se pelearan era normal porque eran hermanos pero no estaban ni un minuto juntos sin cogerse de los pelos así que intentaron algo. Pensaron que si pasaban tiempo juntos podrían ver las cosas que tenían en común así que ya que era las vacaciones decidieron llevarlos a un campamento de verano.

Cuando se lo dijeron a Javier y Luna se pusieron como locos ya que no estaban dispuestos a estar todo el verano durmiendo los dos juntos en una tienda de campaña pero sus padres los obligaron y tuvieron que ir.
Cuando se montaron en el autobús con todas sus cosas estaban todo el rato empujándose intentando tirar al otro del asiento pero al final llegaron al campamento sin haberse peleado antes. En cuanto se bajaron del autobús los monitores del campamento hicieron los grupos y para la sorpresa de los hermanos solo había dos grupos; uno de chicos y otro de chicas. Cuando se lo dijeron a Javier y Luna se pusieron la mar de contentos y no paraban de dar saltos de alegría y aunque sabían que nunca se habían separado desde que nacieron pensaron que iba a ser genial pasar todo el verano si su molesto hermano mellizo.

El primer día montaron la tienda de campaña cada uno con su grupo y les costo bastante pero terminaron y luego empezaron las presentaciones. Luna conoció de su grupo a Lisa, María y a Sofía y Javier conoció de su grupo a José, Pedro y Miguel. Todos se llevaban muy bien por parte del grupo de las chicas y de los chicos. Al día siguiente estuvieron haciendo muchas actividades y así siguieron durante la mitad del campamento hasta que cuando solo quedaban unas dos semanas para que acaba el campamento los monitores les dijeron a los dos grupos que iban a hacer una competición el último día de campamento entre chicas y chicos y que iba a constar de cinco pruebas; escalada, pesca, tiro con arco, carrera y la última prueba, el piragüismo y el equipo que ganara mas pruebas ganaría un trofeo del campamento. Los monitores también dijeron que tenia que elegir a un capitán de cada equipo y por parte de la chicas eligieron a Luna y por parte de los chicos eligieron a Javier. En cuanto supieron que se iban a convertir rivales para ellos esto era mas que una simple competición, era la guerra.

Los equipos de Luna y Javier estuvieron practicando todo lo que habían aprendido este verano e intentaron que se ocupara de cada prueba al que mejor se le daba excepto el piragüismo que era entre todo el equipo.

Ya era el último día de campamento, el día de la competición y todos los padres incluidos los de Javier y Luna fueron a ver a sus hijos hacer las pruebas. La primera prueba fue la carrera y la realizaron Miguel contra Sofía. Ganó por unos segundos Miguel y los chicos estaban en primera posición pero las chicas no se rendían. La segunda prueba fue tiro con arco, Lisa contra Pedro y ganó Lisa por 5 puntos de ventaja. La tercera prueba era la pesca, María contra José y aunque fue por 200g ganó el pez de José con 2600g.e La cuarta prueba la realizaron los capitanes de los equipos que era la escalada y un traspiés de Javier les dio la victoria a las chicas. Ya solo quedaba una prueba, la del desempate, el piragüismo.

La prueba consistía en ir remando en una canoa y llegar hasta una boya en la que había una bandera y el primer equipo que cogiera y levantara la bandera ganaba. Los miembros de cada equipo se montaron en una canoa para cuatro personas y cogieron los remos. Los capitanes iban en el asiento delantero de sus canoas, todos estaban muy nerviosos pues querían ese premio mas que nada en el mundo. Y entonces los monitores dijeron a la vez:

-Preparados, listos... ¡Yaaa!

Todos los miembros de ambos equipos empezaron a remar como si la vida dependiera de ello. Al principio iba el grupo de Javier en cabeza pero pronto le alcanzo el grupo de su hermana. Las dos canoas iban iguales y solo quedaban unos 25m. Mientras remaban Luna le dijo a su hermano:

-Voy a ganar sea como sea ¡No pienso permitir que todos los días de mi vida me restriegues que no gane la competición del campamento!
-Espera... ¿piensas que seria tan cruel?(dijo Javier extrañado)
-Pues si, como siempre nos peleamos (dijo Luna)
-Yo pienso que porque seamos hermanos no significa que no nos queramos y de vez en cuando nos apoyemos (dijo Javier sonriendole)
-Si, supongo (dijo Luna devolviendo le la sonrisa)

Ya habían llegado solo faltaba coger la bandera para señalar al equipo ganador y entonces a la hora de cogerla Luna y Javier pusieron las manos sobre la bandera y a la vez la levantaron con una sonrisa de ganadores.

Luego a la hora de decir el equipo que había ganado no había palabras, los dos lo habían hecho igual de bien así que los dos equipos ganaron y Luna y Javier se llevaron el trofeo pero se llevaron algo mas, el haberse comportado por fin como dos buenos hermanos.



 
EL MISTERIO DEL PASTEL
Hace unos años, había un colegio en Granada que se llamaba Special porque todos sus alumnos eran especiales. Había un chico que se llamaba Jump porque le chiflaba saltar, una chica que se llamaba Vals porque le encantaba bailar…Y había un chico que era Bollito, que su madre y su padre eran pasteleros y estaba bastante gordo y no era demasiado listo que digamos. Bollito todos los días para el recreo se llevaba un bollo o un pastel pero un día pasó algo en ese colegio tan especial. Bollito se llevó para merendar en el recreo el pastel más rico que había hecho su padre, desde que llegó estaba ansioso de que llegara el recreo para comérselo (no tenía pensado compartirlo). A primera hora tocaba lengua y estaba mirando su mochila y soñando que se lo comía y así hora tras hora hasta que de repente sonó la campana ¡eso significaba que era el recreo! Bollito estaba súper contento y de tanta emoción se puso a gritar por los pasillos:
-¡Bien, bien! ¡Ya es la hora de recreo! (todo el mundo pensaba que estaba loco pero él era feliz)
Echó el papel a la basura y… ¡No había nada! Eso solo significaba una cosa ¡Se lo habían robado! El estaba tan seguro que les dijo a todos los chicos y chicas que si veían un pastel que tenía una gran pinta que se lo dieran, que era suyo (no cayó en que si lo buscaban y lo encontraban no se lo iban a dar, se lo iban a comer). Bollito estaba muy preocupado no por quien se lo había robado sino por el pastel que tanto había costado hacer a su padre y estaba deseando probarlo. Entonces se oyó una voz que decía:
-Puedo ayudarte a encontrar la persona que te robó el pastel.

Era Dec el detective del colegio y siempre a alguien se le perdía o se lo robaban lo encontraba 5 minutos antes de que acabara el recreo pero este era un caso especial porque faltaban solo 15 minutos para que finalizara la media hora.
Dec le pregunto a todo el patio pero, nadie le dio ninguna pista. Bollito estaba llorando todo el rato él lo único que quería era comerse ese pastel tan delicioso. Dec estaba como loco intentando resolver el misterio pero no sabía ni cómo ni porque lo había hecho. Faltaban ya tan solo 5 minutos para que acabara el recreo y todo el patio intentaba consolar a Bollito (no por nada, era por si lo encontraba que les diera un trozo) pero Bollito cada vez estaba más triste. De repente sonó la sirena, el recreo había acabado pero el misterio no se había resuelto y Dec estaba destrozado. Cuando Bollito entro a clase saco el libro de matemáticas porque era la asignatura que tocaba y de repente se le cambio la cara de tristeza por una de picardía, era porque había encontrado el pastel que parece ser que había metido en otro bolsillo y con la mala cabeza que tiene se le olvido. Al salir ya todos los niños y niñas se enteraron de que lo había encontrado y a todos los que le consolaron les tuvo que dar un trozo, cuando se dio cuenta de que ¡Se le había acabado! Después de tanto buscarlo al final no sirvió para nada, el pobre Bollito se quedó sin pastel pero aprendió la lección ¡No traer más pastel al cole!



EL MONSTRUO DE RIN-RIN
Había una vez un pueblo llamado Rin-rin que tenía una leyenda que se había pasado de generación en generación y la noche que fuera luna llena, eclipse de sol y que el año tuviera dos ceros aparecería en la montaña de Ran-ran el monstruo de Rin-rin. En el pueblo había una niña llamada Maya y su hermana menor Clara. Ellas creían plenamente en la leyenda pero como nunca había pasado el suceso ni habían visto al monstruo por lo que no podían decir si era verdad o mentira. Ese año era el 2020 y dio la casualidad de que esa semana, el domingo, era luna llena y eclipse de sol el mismo día por lo que Maya y Clara querían ver si la leyenda era cierta. Era sábado y estuvieron preparando las cosas para el gran día:
Maya: tenemos que llevarnos una mochila con todo lo que vamos a necesitar como una linterna, una cantimplora por si nos da sed, comida por si nos da hambre, una cámara para grabar al monstruo y una red para atraparlo.
-¡¿Vamos a atrapar al monstruo?!(dijo Clara asustada)
Maya: Claro, así todo el mundo nos creerá aunque si no podemos nos conformamos con las fotos.
-Uff, menos mal (dijo Clara aliviada).
Llegó el domingo y Maya y Clara habían preparado la mochila y lo tenían todo previsto. Irían a la montaña de Ran-ran, le hecharían una foto al monstruo le tirarían comida para entretenerlo y con la red lo atraparían, solo había un problema ¿Quien las llevaría a la montaña? Se lo preguntaron a sus padres:
Clara: ¿Podemos ir a la montaña de Ran-ran para capturar al monstruo de Rin-rin? (dijo Clara rápidamente ya que estaba muy nerviosa).
Hija repite no te he entendido ni una palabra(dijo la madre de Maya y Clara).
Maya: Dice que si podemos ir a la montaña de Ran-ran porque, como ya sabéis, hoy aperecera el monstruo de Rin-rin.
Hijas, solo son supersticiones, no existe ese monstruo y además, es domingo por lo que mañana hay colegio así que iros a la cama que ya deberíais de estar dormidas.(dijo su madre rompiéndoles el corazón).
-Entonces... ¿Existe el monstruo de Rin-rin?(dijo Clara con intriga)
Maya:Eso nunca lo sabremos porque creo que no habrá un eclipse de sol, en una noche de luna llena en un año con dos ceros en los años que nos quedan.
Clara:Jooo...(dijo decepcionada).
Luego se fueron a dormir.
Al día siguiente fueron al colegio y cuando volvieron Maya estaba mirando las fotos de su cámara y de repente... ¡Vio la foto de un monstruo! Y no solo eso ¡Estaba en la cueva de Ran-ran! Eso solo significaba una cosa ¡Era el monstruo de Rin-rin!. Maya le enseño la foto a su hermana y ninguna de los dos se lo podía creer. Se la enseñaron a su madre y a su padre y decían que no podía ser pero ellas sabían que si, que era el monstruo de Rin-rin y que siempre que les preguntaran si la leyenda era cierta ellas iban a decir que si.




EL MUNDO DE LOS SUEÑOS
Había una vez un niño que se llamaba Daniel que siempre tenía pesadillas y nunca había soñado. Sus compañeros le decían que todas las noches se iban al Mundo de los Sueños. Daniel nunca había estado en ese mundo y quería visitarlo así que les pregunto a sus amigos como se iba. Ellos le dijeron que tenía que cerrar los ojos, pensar en cosas que le gustasen y por último dormirse y empezar a soñar. Esa noche Daniel se fue a su cama más temprano de lo habitual para ir a ese mundo mágico. Daniel hizo lo que sus compañeros de clase le dijeron; primero cerró los ojos, luego pensó en cosas que a le gustaban y por último se durmió. De repente se le apareció un ángel que le guio hasta un pastel enorme. Daniel estaba soñando que se comía un pastel de sus favoritos ya que antes de dormirse había pensado en lo que había merendado. Daniel se lo comió todo y se le apareció otro ángel. Éste le guió hasta un parque de atracciones porque la semana siguiente iba a ir con sus padres a su parque de atracciones favorito, y antes de dormir lo habría recordado. Daniel se monto en todas las atracciones. Luego se le apareció otro ángel y otro y otro hasta que se le cumplieron todos sus sueños. Al día siguiente su madre lo despertó y le pregunto si había tenido pesadillas, Daniel le dijo que no y que nunca más iba a tener porque todas las noches iba a viajar al Mundo de los Sueños.



UFF, QUE ROLLO
Había una vez un niño llamado Federico pero le llamaban Uffe por que siempre que decían algo y el no estaba de acuerdo decía “Uff, que rollo”.
Un día estaban en el patio y Uffe quería jugar al pilla pilla pero todos sus demás amigos querían jugar al fútbol y dijo:
-Uff, que rollo.
Y les dijo a sus amigos que no iba a jugar. En clase tocaba lengua e iban a leer los textos libres pero al final el maestro les dijo que hicieran los ejercicios de de la pagina123. Uffe no estaba de acuerdo y dijo:
-Uff, que rollo.
Y no hizo ni un solo ejercicio.
Por la tarde, sus padres le dijeron que tenían que ir de compras y Uffe no quería, quería salir con sus amigos así que dijo:
-Uff, que rollo.
Y como no quería ir de compras le dijo a sus padres que se fueran y el fue a jugar con sus amigos.
Sus amigos, sus maestros y hasta sus padres ya estaban hartos de que siempre les hiciera lo mismo; que cuando no quería hacer algo decía “Uff, que rollo” y no lo hacía. A todos ellos se les ocurrió una idea; darle su propia medicina. Al día siguiente Uffe quería jugar al escondite y como sus demás amigos querían jugar al bote-botella sus amigos le dijeron:
-Uff, que rollo.
Y se fueron. Uffe estaba un poco extrañado ya que nunca sus amigos le habían tratado así, pero no le dio importancia.
Es mismo día en la hora de matemáticas, Uffe quería corregir los ejercicios, pero como el maestros no quería que los corrigiera dijo:
-Uff, que rollo.

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